10.2 C
Riobamba, EC
miércoles, abril 30, 2025

Una nueva imagen política

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email

Por: Rodrigo Contero Peñafiel

El liderazgo auténtico de un gobernante se basa en la defensa del bienestar de los más vulnerables. Su objetivo es mejorar la vida del mayor número de personas posible. El éxito de un político radica en convertirse en el líder que la sociedad necesita y valora, no solo por sus palabras, sino por sus acciones en favor de cada individuo y del país en su conjunto.

Un liderazgo consciente y auténtico se enfoca en la política de lo cotidiano, buscando el bienestar de la ciudadanía en los ámbitos personal, social, laboral y económico. Este enfoque pone entredicho las ideologías tradicionales de ciertas organizaciones políticas, que manipulan emocionalmente a la población para mantener o ganar aceptación popular. La pasión, la compasión y la seducción han sido las herramientas más utilizadas. Afortunadamente, estas prácticas están en vías de desaparecer en países libres y democráticos como el nuestro.

El liderazgo auténtico contrasta con la maleabilidad del agua, que toma la forma del recipiente que la contiene. De igual manera, los políticos irracionales pierden credibilidad por su falta de consistencia. Los partidos políticos que buscan mantenerse en una posición indefinida actúan como el agua: se adaptan sin compromiso. Lo mismo ocurre con ciertos “artistas populistas”, cuya influencia resulta insustancial para una sociedad ecuatoriana que requiere cooperación internacional y una organización interna eficiente para erradicar la corrupción, la violencia y el crimen.

Los líderes deben tratar sus emociones y sentimientos con una visión técnica clara, en lugar de dejarse llevar por la pasión descontrolada de quienes persisten en la agresión irracional, basada en resentimientos personales y familiares. Aunque el odio no prosperó en la última campaña electoral, aún quedan rezagos que deben ser enfrentados. Una nueva Constitución podría ser el mecanismo para eliminar instituciones creadas con el propósito de favorecer un pasado irracional, que intentó dividir a la sociedad con mensajes de exclusión.

Es momento de dejar atrás el enfrentamiento y tensión constante. La coherencia y la razón deben prevalecer, funcionando con y para la verdad.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Email