Un año sin INAFCI: La sombra de la fragilidad en las políticas públicas argentinas y su relación con el INTA
La eliminación del INAFCI expone la fragilidad de las políticas públicas rurales en Argentina. Mientras tanto, el INTA resiste como faro de innovación y memoria institucional.
El silencio de los archivos, la ausencia de registros y un vacío de información persistente. Esas son las marcas que deja el cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), a más de un año de su disolución. Un cierre que, lejos de ser un hecho aislado, se alza como un símbolo de la fragilidad de las políticas públicas argentinas, particularmente en el sector de la agricultura familiar.

Problemáticas de la agricultura: el impacto de la tecnología
Mi investigación, que se centra en la evolución de la agricultura familiar en los últimos dos siglos y tienen una co-relación que impacta de lleno a la gestión del INAFCI en la provincia de Corrientes solo por dar un ejemplo, se ha convertido en una búsqueda por descifrar la historia del instituto, reconstruir su legado y visibilizar las consecuencias de su desaparición. En el camino, me he encontrado con un muro de opacidad, un silencio que dificulta la comprensión del alcance real de la institución y su impacto en el desarrollo del sector rural. La falta de registros y la imposibilidad de acceder a datos básicos sobre la actividad del INAFCI, generan un vacío histórico que impide analizar su contribución a la capacitación de técnicos, la promoción de cultivos y la mejora del hábitat rural. Las promesas de acceso al agua potable, la agilización de los procesos agrícolas y el apoyo a las familias campesinas, parecen haberse diluido en la nebulosa de la burocracia y la falta de transparencia.
El cierre del INAFCI no solo representa la pérdida de una institución, sino que también pone de manifiesto una problemática que trasciende las fronteras provinciales. La falta de inversión sostenida en el sector rural, la precariedad de las políticas públicas y la ausencia de mecanismos de rendición de cuentas, son desafíos que impactan en todo el país. ¿Qué pasa con las instituciones cada vez que asume un nuevo gobierno? Esa es la pregunta que nos tenemos que replantear los investigadores, ¿Por qué no hay un repositorio donde se exhiban dichos proyectos? Un proyecto que destino una importante suma de dinero y una generación de empleos masivos, disuelta en 365 días, con proyectos que no se materializaron al 100 por ciento de los productores rurales.
Un posible cierre del INTA, con su legado en la investigación y la asistencia técnica, ahondaría esta crisis. El impacto sería devastador, no solo para la agricultura familiar, sino para la economía rural en su conjunto, afectando la seguridad alimentaria, la generación de empleo y el desarrollo de las comunidades rurales. La sombra del INAFCI se extiende como una advertencia. La fragilidad de las políticas públicas, la falta de continuidad en los programas y la ausencia de registros son obstáculos que impiden construir un futuro próspero para la agricultura familiar en Argentina. Es necesario que la búsqueda de la verdad, la transparencia y la responsabilidad sean pilares fundamentales en la gestión de los recursos públicos, para garantizar la sostenibilidad de la agricultura familiar y el desarrollo de las comunidades rurales. Por otro lado, en el repositorio institucional del INTA del Alto Valle podemos encontrar la importancia del trabajo del mismo y la relevancia que adquieren las diferentes investigaciones que reflejan la realidad para muchos.
El INTA Alto Valle: Sembrando Futuro en la Tierra Fértil
El Alto Valle, una región bañada por los ríos Neuquén y Limay, se erige como un oasis de producción agropecuaria en la Patagonia argentina. Sus fértiles tierras dan vida a una explosión de colores y sabores: manzanas, peras, cerezas, uvas, hortalizas, todo un despliegue de la naturaleza que alimenta a miles de familias. Pero detrás de esta riqueza se esconde un motor invisible, un alma que late con pasión por la tierra y la ciencia: el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En el caso del Alto Valle, con su centro de investigación en General Roca, no es solo un edificio, sino un faro de innovación. Sus científicos e investigadores, con la mirada puesta en el futuro, desarrollan tecnologías que transforman las prácticas agrícolas de la región. Desde nuevas variedades de frutas y hortalizas más resistentes y nutritivas, hasta sistemas de riego que optimizan el uso del agua, el INTA trabaja sin descanso para que la tierra del Alto Valle dé frutos cada vez más abundantes y de mejor calidad, pero la labor del INTA no se limita a la investigación. El conocimiento es una semilla que necesita ser sembrada en mentes ávidas de aprender. El INTA Alto Valle se convierte en un maestro para los productores de la región, brindando cursos, talleres y programas de capacitación que los ayudan a adoptar las nuevas tecnologías y a desarrollar prácticas más sustentables.
Así, esta Institución se transforma en un motor de progreso no solo para el Alto Valle, sino para el resto del país. Sus investigaciones y capacitaciones impulsan la productividad, la calidad de los productos y la competitividad del sector agropecuario. La economía local florece gracias al trabajo incansable del INTA, generando empleo, impulsando el desarrollo de la industria agroalimentaria y fortaleciendo la región. La colaboración es el ingrediente secreto del éxito. El INTA trabaja de la mano con otras instituciones nacionales e internacionales, compartiendo conocimiento y experiencia para impulsar la innovación en el sector agropecuario a nivel regional y global.
(*) Investigadora (doctorando en historia)
El silencio de los archivos, la ausencia de registros y un vacío de información persistente. Esas son las marcas que deja el cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), a más de un año de su disolución. Un cierre que, lejos de ser un hecho aislado, se alza como un símbolo de la fragilidad de las políticas públicas argentinas, particularmente en el sector de la agricultura familiar.
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